Desde Sierra Morena a El Maestrazgo con los internacionales
Críspulo Márquez Espada. Editorial San Martín. Madrid, 1.988.
Al empezar la guerra el autor acababa de licenciarse en Derecho en Madrid y se encontraba en su Belalcázar natal. Según cuenta se incorporó a la defensa del pueblo obligado por los sublevados, lo que estuvo a punto de costarle la vida cuando los milicianos retomaron el pueblo.
Durante bastante tiempo trabajó en el Ayuntamiento para terminar incorporado al batallón internacional de la 86ª Brigada Mixta. Trabó conocimiento con el jefe de la brigada, el teniente coronel Aldo Morandi, que lo tomó como ayudante y lo llevó con él a Villanueva de Córdoba cuando tomó el mando de la 63ª División. Siguió al italiano al Maestrazgo cuando Morandi acudió allí en la primavera de 1.938.
De vuelta a la 63ª División trabajó en el Estado Mayor como jefe de la 2ª Sección (Información). La desconfianza del jefe del Estado Mayor, que había sido informado de su inicial alineamiento con los sublevados en Belalcázar, ocasionó su separación de la muy sensible 2ª Sección y el traslado a la de Servicios. Coincidió este cambio con el inicio de la descabellada ofensiva republicana de finales de septiembre de 1.938; el autor justifica así su desconocimiento de los pormenores de esta ofensiva, aunque en su nuevo puesto tuvo, sin duda, una importante responsabilidad en la logística divisionaria.
Márquez había sido nombrado teniente por decisión personal de Morandi, pero su nombramiento debía ser refrendado por lo que acudió a la Escuela de Guerra de Paterna para salir, ahora sí, como “teniente en campaña” de Intendencia. El final de la guerra le sorprendió en el frente de Teruel.
Con gran habilidad logró evitar el confinamiento en un campo de concentración y volver a su pueblo. El autor se duele del recibimiento que se le hizo y narra todo el proceso que se le siguió hasta que fue declarado sin responsabilidad y dejado en libertad.