Militares y sublevación. Córdoba y provincia, 1936

Joaquín Gil Honduvilla. Muñoz Moya editores. Sevilla, 2012.

Militares y sublevación. Córdoba y provincia

Militares y sublevación. Córdoba y provincia

El comandante auditor y doctor en Historia Joaquín Gil Honduvilla ha llevado a cabo un profundo estudio de la sublevación de 1936 en las cuatro provincias occidentales de Andalucía.

Tras haber publicado un libro relativo a Sevilla le llega ahora el turno a Córdoba y su provincia.

Estamos ante una obra novedosa que constituye una aportación valiosísima para el conocimiento de lo que fue la guerra civil en Córdoba. Y es novedosa tanto por el objeto de su estudio como por las fuentes empleadas.

Joaquín Gil ha centrado su estudio sobre un colectivo muy determinado -los militares-, en un espacio geográfico perfectamente delimitado -Córdoba y su provincia- y en un lapso de tiempo muy definido también, el que abarca el período de la conspiración, la sublevación y los días siguientes a ésta. Se estudia como se vieron afectados estos militares y se buscan las razones que determinaron que cada oficial optara por sublevarse o no y con más o menos decisión. La pregunta es: ¿qué pasó para que un colectivo obediente de militares, los mismos que habían aceptado la llegada de la República sin violencia y sin la menor resistencia en abril de 1931, fuese el encargado de liquidar el régimen republicano? Aún cuando hay numerosos estudios sobre la cuestión militar en el siglo XX ésta es una cuestión muy poco tratada en la bibliografía existente sobre la guerra civil.

Y también es novedoso el soporte documental de este estudio. Se ha empleado, sobre todo, documentación de los archivos militares y, en particular, los procedimientos judiciales que la jurisdicción militar abrió a aquellos militares que no se sublevaron o que, aún sublevados, fueron acusados de negligencia en el ejercicio de sus funciones. Al leer las palabras “procedimientos judiciales” podríamos pensar en una documentación fría, de tintes burocráticos, de lectura farragosa y sin alma. Nada más lejos de la realidad, cuando nos sumergimos en su lectura encontramos vida palpitante. Hay declaraciones de acusados que si no mienten –sería su derecho- tratan al menos de desviar el golpe que se les viene encima cargando las tintas hacia la actuación de otros militares. De esta forma, declaraciones de un acusado ante el juez que instruye su causa se convierten también en declaraciones testificales en causas instruidas a otros militares. Y junto a estas tenemos las declaraciones de los testigos, muchas veces los militares sublevados y victoriosos, compañeros de los acusados. De esta forma, entretejiendo todas estas declaraciones, autos-resumen, etc, llegamos a construir, a modo de puzzle, algo parecido a la verdad, a la verdad judicial, al menos en lo relativo a la acreditación de los hechos e independientemente de su calificación jurídica y moral. En particular este libro arroja nueva luz sobre lo sucedido en el Gobierno Civil de Córdoba la tarde el 18 de julio, así como sobre los acontecimientos de Baena y Puente Genil.

La credibilidad de estos documentos viene favorecida por el hecho de que se generaron en los primeros momentos del conflicto, sin pensar para nada en que había que construir una justificación para la Historia o para afrontar futuras responsabilidades. Tampoco se trata de procedimientos instruidos a modo de trámite contra personalidades o militantes del Frente Popular, sino los iniciados por militares contra sus propios compañeros que no se sublevaron o no lo hicieron con la esperada decisión.